De gorilas

El auténtico gorila menemista/odia a los negros.
El auténtico gorila K/también.


Hay, claro que sí, gorilas K.


Por negro y latino,
pero especialmente por negro,
el gorila menemista odia a Chávez.
El gorila kirchnerista/más bien no.


Un gorila kirchnerista es
un gorila menemista
que entre Menem y su agonía
y el poder
eligió el poder.
Es un converso.
Un gorila menemista es
alguien que odia demasiado
a los gorilas montoneros:
sus reparos con los K
son estéticos.


Para un gorila kirchnerista no hay nada mejor
que un gorila exmenemista devenido K.
Para un gorila menemista no hay nada mejor
que un gorila antikirchnerista.


Crear dos, tres, muchos Perón,
es el eslogan del gorila menemista.
Evita montonera
es el sueño irrealizable del gorila kirchnerista.


0 km., countries y viajes por el mundo cerrando negocios
hacen las delicias
de gorilas menemistas
y gorilas kirchneristas/por igual.


Alarmas, perros,
guardias y vidrios blindados/ polarizados
son la falsa ilusión de seguridad
de gorilas K
y menemistas.


Pizza con champán
es demasiado gorila
hasta para el auténtico
recalcitrante
gorila K.
Cordero patagónico bien servido.


Carlitos y Néstor
son los hijos gorilas
de un portero gorila
de Barrio Norte.


Madres y abuelas
son gorilas K.
M. Macri
es gorila menemista.


Hay generaciones
de gorilas.
Histórico:
“los negros arrancan
el parqué para hacer asado”.
Contemporáneo:
“si les das la casa
arrancan el inodoro
y lo cambian por vino”.
El campo los contiene a ambos.


Puerto Madero es el paraíso
ideado por
el gorila menemista visionario.
Desde allí sueña con la vuelta,
con las putas, el champán…
La invención del viagra
no hizo más que encender sus sueños
de derrotar al tiempo
y a los K.


En Puerto Madero,
tarde o temprano,
acabará viviendo el gorila K.