Traidor

Traidor
Evitando el ablande.

lunes, 5 de abril de 2010

Las palomas

A veces, para divertirse, los obreros escupen palomas:
pájaros de las ciudades que revolotean,
como indolentes compañeros del día
sobre los bloques que crecen en el horizonte fisura.

Apenas las embocan tan fuerte que caen sobre las tablas,
estas lacras del cielo, drogadas y miedosas,
repliegan sus alas como los pingüinos
para ver si dan lástima.

¡Qué inalcanzable y bello se veía en el cielo
y qué siome y débil se ve este alado artefacto ahora
que cayó en la tierra como una rata!
Un obrero le mete una pajita en el pico,
otro la imita, rengueando como si estuviera
jodido de una pata.

El poeta se parece mucho
a estos vaguitos de las nubes que salen a buscar la tormenta
y terminan siendo escupidos por un obrero y que,
ya derribados, bajo las risas y los gritos y el tufo a tetra,
se dan cuenta de que sus alas son demasiado pesadas
para volverlas a levantar.

(de "El albatros", de Baudelaire)

No hay comentarios:

Publicar un comentario