Traidor

Traidor
Evitando el ablande.

viernes, 16 de abril de 2010

Para O, con amor y sordidez

O
odia todo lo suyo y todo lo de los demás.
Quiere ser famoso como Chiche Gelblung
o JW
o el hijo de Menem.
Y va a castings a probar suerte.
Se compra el Clarín y va a castings
con la secreta esperanza de que no se trate de un engaño
que el clasificado sea un clasificado de los de en serio
que esta vez no sea una trampa para cazar prostis
una engañifa para futuros taxiboys.

Quiere cariño, también.
Pero piensa “amor”
y pronuncia “caca”,
Sueña “novia”
y se despierta gritando “puta”.
Y va a Killer a probar suerte.
Se ducha y va a probar suerte,
a buscar minas que sean inferiores,
no tan degeneradas,
y bien sumisas,
con todos los dientes.

Y quiere un cuerpo que atemorice a los hombres
y atraiga a las mujeres.
Pero vive enfermo, engripado
con anginas y flema
tomando antibióticos y fumando
marlboros en cualquier bar, fastidiado
por no poder ganar millones
luchando en el valetodo
o entrenando con los Pumitas
en Francia.

Y quiere conocer el mundo,
ver países, trolas,
hablar idiomas.
Pero la costa está tan cerca
y tan barata y tan sin hippies
que todos los veranos se moja las patas
en el Océano Atlántico
puteando a los que se fueron lejos
a malabarear
y volvieron cambiados
y a los que se fueron lejos
a malabarear y no volvieron
porque cambiaron.

Él es duro: no cambia. Sigue esperando
a que se mueran todos
o a que él la pegue y pueda
desde su anhelado olimpo mediático
cagarse en todos y reír;
cagarse en sí mismo y reír.
Porque
odia todo lo suyo y todo lo de los demás
también.

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